SENDA DE LIBERTAD

Mérida 1 de octubre de 2010 La libertad es una de las perlas más valiosas para el hombre de bien. Entiendo por libertad, aquella que permite a nuestro poderoso ser interior, estar por encima de toda atadura y de todo mal. La que nos reconforta con el estado de Paz, por encima de los deseos, energías negativas, y agresiones contra nuestra conciencia. Mi maestro preferido, Jesús de Nazaret lo explicó hace 2000 años con esta simple frase de: Juan 8: 34… Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Quizás para mucha gente hoy la palabra pecado casi no quiere decir nada o lo vean como algo de beatos. Pero si enunciamos algunas de las obras negativas que produce la naturaleza pecaminosa, la cual todos llevamos desde el día que nacemos, posiblemente acepten que tales obras se las puede identificar perfectamente como pecados. Por ejemplo : Adulterio, inmoralidad sexual, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, odio, celos, ira, egoísmo, disensiones, envidias, homicidios, borracheras, orgías, rivalidades, sectarismos y cosas semejantes a éstas. Creo sinceramente que si estamos atados por algunos de estos pecados, o de cualquier otra índole, no podemos ser libres de verdad. Si queremos realmente ser libres debemos luchar contra esta ancestral naturaleza pecaminosa, vencerla crucificándola para siempre y evitando, que vuelva a producir en nosotros tan perversos frutos. Cuando nos hemos soltados de estas ataduras y alcanzamos nuestra libertad; estamos en condiciones de producir: Amor verdadero, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre y dominio propio. Que son los frutos del Espíritu, que creo el cielo, la tierra y todo el universo. El cual vive dentro de nosotros encerrado y atado por culpa del pecado que nos hace seres inferiores y desconectados de todo el potencial que llevamos dentro. Debemos permitir que este Espíritu gobierne dentro de nosotros si queremos alcanzar la libertad de verdad. Para ello buscaremos este Reino y su justicia como prioritario en nuestra agenda diaria. Autor: Víctor Muñoz Jiménez