QUE EL BURRO GUARDE LA LINDE

Nunca pisé la tierra de Israel, aunque es mi sueño, por eso la visión que tengo de ella se comienza a formar en mi infancia. Pensaba que era una tierra maravillosa donde Dios andaba por ella, hablando a sus profetas y a sus elegidos. Tierra que el mismo Dios prometió a su pueblo elegido, el pueblo de Israel. Culminándose esta donación divina con todo su esplendor en los tiempos del Rey Salomón. Como todos sabemos la infancia y nuestra propia vida en la tierra tiene su principio y su fin pero no las palabras del único Dios verdadero y eterno que son certeras e inamovibles. Con el tiempo fui conociendo la historia de Israel a través de la Biblia y comprobando cuanta influencia tiene en el resto de la humanidad. Desde la antigüedad hasta nuestros días y como seguirá siendo en el futuro. Comprendo que no todo el mundo tiene el mismo concepto de Israel y aquí en los conceptos, comienza a crearse como una torre de Babel, condenada de forma irremediable a la confusión y al enfrentamiento originado por la soberbia del hombre. El mismo Israel es responsable de su destino, al apartarse del camino que llevó al esplendor de Salomón. Restablecer las lindes geográficas del reino de David, y que sean respetadas por todos, sería desafiar la lógica de los hombres de nuestro tiempo. Mi forma de pensar es que no merece la pena enfrentarse al Dios Supremo con nuestro catecismo de la lógica y con la atea doctrina del tanto tienes tanto vales. Nuestro Dios es un Dios Universal que ama a todos los hombres pero que no todos los hombres le aman a Él. Estados laicos, me parece bien siempre que sean democráticos y respeten los derechos de todos los ciudadanos sin discriminación por su forma de pensar o por el color de su piel. Pero eso si debemos guardar la linde entre la voluntad de Dios y la de los hombre. Los hombres no nos podemos imponer a Dios, creador del Universo y de todo lo visible e invisible. Israel como estado laico y sociedad democrática, tiene todo el derecho a defender sus fronteras y a reivindicar ante la comunidad internacional el restablecimiento de las fronteras del rey David. La sabiduría de los pueblos debe beber en la fuente del Eterno y Único Creador del Universo. Para comprender que Dios respeta las leyes de los hombres siempre que ellas no vayan contra Él. Mérida 12 de Septiembre de 2010 Autor: Víctor Muñoz Jiménez