LA POESÍA ES MI RESPUETAS

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El mundo está lleno de preguntas sin respuestas.
Las calles van llenas de almas que buscan soluciones, objetivos y metas.
Las naciones llenas de luces y sombras, se mueven, como cordilleras con ruedas.
Como a otros muchos, me gustaría que el mundo, fuera de otra manera.
Que hubiera paz y justicia por toda la tierra.
Que el amor fuera la llama verdadera, donde todos los seres humanos, encuentren su recompensa.
No puedo razonarlo ni entenderlo pero
humildemente deseo mejorarlo.
Y para ello la poesía es mi respuetas

Mérida 29 de Septiembre de 2011

Atte. Víctor Muñoz Jiménez.

domingo, 23 de octubre de 2011

El PODER INFINITO DEL CREADOR DEL UNIVERSO



Dijo Jesús en: Marcos 12: 29 y 30. El primer mandamiento de todos es: Oye Israel; El Señor nuestro Dios, el señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

Esta es una ley que permanece por encima de los tiempos y que nos lleva a la armonía con nuestro Creador y con su voluntad. Estando en armonía con el Señor, llega de su mano la salvación de cualquier esclavitud, que nos quiera imponer el maligno. Ante nuestras desgracias su poder se pone a operar y transforma la humillación en jubiloso gozo.

Así lo explica Salmo 105: 43, Sacó a su pueblo con gozo con júbilo a los escogidos.

Moisés fue un elegido de Dios para ser portador por un tiempo y en hechos concretos del Poder Todopoderoso y le rindió su particular homenaje reflejado en Éxodo, 17:15, edificándole un altar y llamándole: Jehová –nisi (Jehová es mi estandarte)

La ceguera de muchos no les permite ver la armonía que hay entre las palabras de Jesús y este hecho de Moisés. Dios está por encima de las barreras mentales que haya entre las religiones donde a veces la dureza del corazón hace estragos. Así lo podemos leer en Efesios 4:18 Teniendo el entendimiento entenebrecidos, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.

Para mi fe personal Jesús fue un hombre como todos nosotros, teniendo todos los atributos de nuestra humanidad, excepto el pecado . PERO LE HIZO DIFERENTE que en él estaba encarnado el Creador del Universo. Por eso Él lo sabía todo y no necesitaba el reconocimiento de los hombres. A mí me gusta especialmente como presenta a Jesús, Colosenses 11:17,18 al decirnos: Y él era antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es principio, primogénito de los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.

Por lo cual nada ni nadie se debe poner por encima de Jesús, respetando todas las formas de pensar y creer, tengo la certeza de que si creemos en esta armónica ley que pone a Dios encarnado en Jesús como la preeminencia en todo, gozaremos de armonía y de victorias apoyados en el Poder de su Gracia.

La Sabiduría de Dios nos conoce a cada uno de nosotros, sabiendo lo que hay en nuestro corazón. Aunque Él no lo necesita, sí nos puede probar cuando quiera. El Señor es paciente con nuestras debilidades humanas y quiere que las superemos para estar en armonía en el Poder de su Gracia, con Él y con todos sus santos. En Lucas 16:10 nos da una de las pistas de cómo debemos proceder para ir accediendo al poder de su Gracias, cuando nos dice: El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel, y el que en lo muy poco es injusto también en lo más es injusto.

Los hombres no pueden burlar a Dios, para Él no hay nada oculto ni en el pensamiento del hombre. Dios se encarnó en Maria la virgen según su plan de salvación para la humanidad. Porque escrito está en Mateo 1:22,23. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo. Y llamará su nombre Enmanuel (Dios con nosotros.).

Lo primero es lo primero y no puede ser lo segundo, me refiero al amor que siempre es lo primero para Jesús y lo comprobamos también en este corto dialogo de Jesús con Pedro en Juan 21: 16. Volvió a decirle la segunda vez: Simón hijo de Jonás, ¿Me amas? Pedro le respondió: Si Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.

Vemos que primero es el amor a Dios después la gran obra de servirle fielmente.
Sin amor toda predicación y todo servicio no vienen de Dios. El amor es la primera de las leyes de la perfección armónica del Creador del Universo.

En Hechos 12:11 Dice: Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.

Pedro da testimonio de cómo los que aman al Señor y le obedecen y sirven por encima de las conveniencias humanas, el Señor siempre convive con ellos, en armoniosa unidad, de Poder, Protección y Victoria.

No nos debemos dejar engañar por las pasajeras ilusiones mundanas, allí donde estemos situados en la vida, porque si llenos de amor caminamos en armonía con la voluntad del Creador del Universo, llegaremos victoriosos a lo que dice Apocalipsis 3:20. Y oí una gran voz del cielo que decía. He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasarán.

Como todos sabemos estamos en este camino pasajero de la vida, con un tiempo limitado, que no sabemos la mayoría de las veces el día exacto de su final pero si somos conscientes en el fondo que tarde o temprano ese día llegará.

No debemos olvidar nunca que una de las primeras cosas que hicieron, en su predicación, tanto Juan el Bautista como Jesús fue llamar al arrepentimiento del pecado. Pues el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no pueden albergar ni compartir el pecado. Jesús nos lo dice muy claro en Mateo 3:8. Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento.

Por lo cual para ser uno con Dios y con sus santos tenemos que estar fuera de pecado.

Lo cual nos permitirá oír la voz de Jesús retumbando gozosa en todo nuestro ser y aceptar la invitación maravillosa que el mismo Jesús nos hace en: Apocalipsis 3:30.Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con el, y el conmigo.


Mérida 26 de Julio de 2011

Autor: Víctor Muñoz Jiménez

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