Encontrar esa isla
De la eterna primavera
Donde pasear silencioso
Entre palmeras
Y andar bajo la brisa
De sus playas placenteras.
Pues mientras descansa el alma
Y suave la mente navega
Los amorosos tamboresDesde el corazón de la isla
Suenan y suenan.
¡Y las caricias!
¡Y los besos!
¡Y los íntimos deseos!
Renacerán de nuevo
En el profundo volcán
De nuestros sueños.
Mérida 27-5-2003
Autor: Víctor Muñoz Jiménez
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