Alegre y sonriente.
Bajo la sombra
De su pino centenario
Yo vi a Platero
Estaba Lleno
De blancura
Con su pelaje bello
Y resplandeciente
Como alas de ángel
Recién salido
De un sueño.
El aire de la primavera
Ha llenado de ternura
Nuestro feliz encuentro.
Nos miramos de frente
Y le dije a Platero:
Estoy envejeciendo
Pero tú sigues siendo
La alegre Musa
Que abre las puertas
Del sentimientos.
Al verte Platero
He sentido en mi corazón
Los mismos latidos
Que sentía
Cuando era pequeño
Leyendo tus versos.
Por ti no pasa el tiempo
Tu angélica mirada
Llena de luz mi silencio.
Por los caminos del mundo
En medio de la locura
Caminan los
sufrimientos
Mientras suelta sus cocees
El loco mulo violento
Mira Platero
Como ahora
Abunda menos
La dulzura, el agua clara
Y los espacios
Libres y abiertos.
Nuestros prados,
Nuestros caminos
Poco a poco
Van cayendo
Por las ambiciones
Por el empuje
Del progreso.
Créeme amigo
Es muy cierto
Cuanto te digo
Mira y ve Platero
Como llora y llora
La Giralda Chica
En silencioso duelo.
Porque los hombres
Se muerden y muerden
Como las fieras
Sin piedad
Ni remordimientos
Han vuelto
Sus espaldas
A la pureza
A la esperanza silenciosa
Y al Trino Bendito
Que enciende luceros
En la noche oscura
Para bendecir a los pueblos
Hoy lloro contigo
Pidiendo a grito
Paz y sosiego
Amor y cordura
En medio del fuego.
Y antes de que te vayas
Sabio Platero
Abramos senderos nuevos
Rompiendo cadenas
Al ritmo del trueno.
Para que el Lucero
De La Mañana
Llene de alegría
Los corazones buenos.
Autor: Víctor Muñoz Jiménez
Mérida 15 de Junio de 2009
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