Por ella siente
El hombre atracción
Viéndola como escala
Que marca su posición.
Nadie desprecia
La diosa fortuna
Si bien tiene
Su uso de razón.
Algunas veces
Entre su brillo
Camuflada esconde
Negativa función.
Otras veces
Llenará el corazón
O bien de alegría
O bien de perdición.
Enriquecerse con el trabajo
Mediante el ahorro
Y la buena administración
Casi siempre tiene
De los cielos su bendición.
Más un rico
De buen corazón.
Al mismo Dios
Con sinceridad preguntó:
¿Por donde se llega a la perfección?
La clara respuesta
De tristeza lo llenó
Pues nada es la riqueza
Cuando nos llama el Señor.
Mérida 12 de Enero de 2002
Autor: Víctor Muñoz Jiménez
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