Conciencia y sabiduría
en un mismo arca
Francisco Quevedo tenía
en política y diplomacia
al Conde de Osuna
con lealtad servía.
De su ingenio salía
brillante placa
cuya escritura
a todos decía:
mi espada la picardía
y mi pluma la valentía.
Un enemigo tenía
como todos los mortales
y este se llamaba
el Conde Duque de Olivares
pues su mundo cortesano
a su patria sumía
en corrupta economía.
El Duque de Medina Sidonia
con la secesión conspiraba
defendiendo Andalucía
y su movimiento derrotaba
a quien en la cárcel te tenía.
Pero en tu señorío
la Torre de San Juan Abad
la que tanto te angustiaba,
por fin tranquilo
la viste llegar.
Mérida 20-12-2001
Francisco Quevedo tenía
en política y diplomacia
al Conde de Osuna
con lealtad servía.
De su ingenio salía
brillante placa
cuya escritura
a todos decía:
mi espada la picardía
y mi pluma la valentía.
Un enemigo tenía
como todos los mortales
y este se llamaba
el Conde Duque de Olivares
pues su mundo cortesano
a su patria sumía
en corrupta economía.
El Duque de Medina Sidonia
con la secesión conspiraba
defendiendo Andalucía
y su movimiento derrotaba
a quien en la cárcel te tenía.
Pero en tu señorío
la Torre de San Juan Abad
la que tanto te angustiaba,
por fin tranquilo
la viste llegar.
Mérida 20-12-2001
Autor : Víctor Muñoz Jiménez
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