Hay noche y día
Hay luz y sombra
Hay amor y odio
Hay lágrimas de alegría
Y suspiros del corazón
Que nos llenan de gozo.
Pero yo me quedo
Con el viento recio
Que lleva en sus hombros
El capote del Eterno
Todopoderoso.
No te rindas
Si tienes frío
No te hundas
Si tienes hambre
Y no te apagues
Si tu corazón
Ya no arde.
Porque en el fugaz
Camino pasajero
Podemos pasar
Del bien al mal
En un solo instante
Pues entre medias
Solo hay la fina espada
De un Ángel.
Mérida 9 de Diciembre de 2011
Autor: Víctor Muñoz Jiménez
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