Siempre brilla un lucero
Que nos llena de libertad
Para traernos la calma
Que nos saca del barrizal.
La voz de la aurora
Nos llama desde su trono
Con la voz enamorada
Para llenarnos de su Paz.
¡OH tú, oveja perdida!
Que en el fondo del pozo
Piensas que muy sola estas
Cuan equivocada estas
Pues si miras arriba
Veras la nueva claridad.
Respirarás esperaza
Alumbrará en ti la fe
Conocerás el camino
Y brotará alegría
Donde antes habitaba
La pena y la soledad.
Todos tus tiempos pasados
Ahora hechos nuevos son
Las potencias celestiales
Suspirarán llenas de amor
Si verte ellas pudieran
Coronada de laurel
Cruzar puertas de Gloria
Y brisas de Eternidad.
Mérida 10 de Julio de 2011-07-10
Autor: Víctor Muñoz Jiménez
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